Ir al contenido
Home » La banda suena tan lindo hoy…

La banda suena tan lindo hoy…

LFDAA en Montevideo, crónica de otra ceremonia cri-mi-nal

Por el Juancho Mazzeo

@largavida.alrock.radio

Sigo ahí, en las tribunas del Velódromo en un hermoso viaje temporal y musical, como una espiral ricotera y fundamentalista, en un péndulo que va de los Redondos a Indio y LFDAA con la presencia de esa tercera posición o ancha avenida del medio, ja!

Y es una sensación tan hermosa, en la forma de hacerme creer que es para mí, la mejor manzana. Paganamente hermosa.

Ya a principios de semana el mensaje del Javi “pásame tus datos para armar la planilla del viaje” fue acelerando la ansiedark presente desde mitad de marzo. Situación que suele pasar por los sentires que me atraviesan previos a un recital de una banda que marca mi vida cotidiana desde hace años, que me ayuda a interpretar ciertas situaciones personales y del contexto.

Viernes 4, comienzo a recibir los primeros saludos por mi natalicio mientras preparo la mochila y la cámara de fotos, aseguro la presencia del DNI, anteojos, campera, gorro y a esperar el bondi que me lleve a la Docta. Esta vez el viaje es con el colectivo de los tucumanos de Lunáticos Viajantes, que se completa en Córdoba con dos grandes personajes: el Javi de Oktubre y el Dani de Córdoba Rock, generando un clima increíble con diferentes idiomas que no impidieron compartir grandes momentos y diversos cócteles de bebidas.

Luego de 16 horas de viaje desembarcamos en el Parque Battle, en Benzano (intendente de Montevideo del Partido Colorado) y Vidiella (fudador del Banco de la República Oriental del Uruguay) con tiempo para recorrer un poco las calles de esa hermosa ciudad. El gps del celular nos llevó al Parque Rodó y a la Playa Ramirez, donde nos encontramos con los amigos de Las Catonas y el Dieguito de Korn, con quienes brindamos para seguir festejando mi cumpleaños (es que cumple el 4 y el 5 de abril).

Cinco de la tarde volví para el Velódromo con la intención de hacer unas fotos de las tribus y los trapos, mientras me fui encontrando con más amigos (la piba de Pilates, la gente de Lobotour, el Kvk), conociendo nuevos personajes y disfrutando de una postal increíble frente al ingreso: las calles se fueron colmando de voces, risas y canciones que acompañaban familias en cuyos rostros se leía una gran felicidad. Esa imagen es todo para mí: es mi primera misa, los viajes en bondi, en auto, colgar el trapo, abrazarnos, compartir un trago, intercambiar esa mirada cómplice de “vamo lo redó!!!”. No sé cómo explicarlo, es algo que se vive, pero se vive con cuerpo y alma, es poesía, es canción, es comunión y comunidad. Y me fui hacia la entrada porque no me aguantaba más en la vereda. Necesitaba estar ahí adentro.

Hice reconocimiento del terreno cual jugador de fútbol y me fui a saludar a Silvina, que ya estaba viendo cómo hacer ingresar en forma segura a les fotógrafes, y aproveché para agradecerle por la paciencia y la acreditación. Al toque la vi llegar a Coca con sus rastas, hermoso personaje que el rock y la fotografía me permitió conocer, y entre charlas, risas y “no tengo un mango para comprar un lente nuevo” me vino a saludar mi amigo uruguayo que me regaló alta remera por mi cumple.

Con un Velódromo colmado, a las 21.30 se apagaron las luces y… “Damas y caballeros…” y la tierra comenzó a temblar: Rock para los dientes, Martinis y tafiroles, Yo caníbal, Caña seca y un membrillo, Tsunami, Ceremonia durante la tormenta, Nuestro amo juega al esclavo, Vencedores vencidos, Cuá cuá amén , Rezando solo, ¿Por qué será que Dios no me quiere?, Pabellón Séptimo (Relato de Horacio), Tarea fina, La bestia pop y 5 minutos para respirar. Volvieron con: Fuegos de octubre, Esto es to-to-todo amigos!, Murga purga, Ya nadie va a escuchar tu remera, Un ángel para tu soledad, Encuentro con un ángel amateur, To Beef or Not to Beef, El tesoro de los inocentes, El infierno está encantador esta noche, Aquella solitaria vaca cubana, Mi perro dinamita, Ñam fri fruli fali fru, Juguetes perdidos, El que la seca la llena. Nuevo descanso para un cierre criminal: Había una vez…, El charro chino, Mariposa Pontiac / Rock del país, Flight 956, Jijiji.

Más de dos horas y media de una gran ceremonia para un gran mal, con una lista de temas que me hizo pasar por diversos estados emocionales y mentales, donde rescato “Tsunami” y esa versión exquisita de “Cuá cuá Amén”, con un sonido que se escuchaba perfecto desde cualquier rincón y una escenografía con pantallas y luces que invitaban a cantar, saltar, reír y llorar con cada canción y a llevar los puños en alto o estirar los brazos para abrazar cada vez que se reflejaba la imagen de Indio.

Mientras la manda va saliendo, me siento y pienso que es imposible que no le llegue todo este amor, el cariño, los agradecimientos, las miradas cómplices, todos esos sentimientos amontonados con el extrañar como costura. Creo que de alguna forma le llegan y espero que le den mucha fuerza para seguir andando, componiendo, grabando.

Me despido a algunos amigos y voy caminando hacia el bondi entre el humo de los choris, las ofertas de cervezas, invitaciones a llevar alguna remera o calco y los Redondos sonando en diferentes parlantes. Envío unos mensajes que se responden horas después “¿todo bien? ¡Nos vemos la próxima!”

Bondi completo, rescatamos a todos los perdidos y emprendemos el regreso. Gualeguaychú nos despierta ya entrada la mañanita del domingo y el Agus me muestra el paquete de 5 kilos de “Canarias” con una sonrisa envidiable. Entramos a La Docta cuando el sol ya se había escapado, pero a tiempo para tomar un diferencial que me deposite en Cruz del Eje. El último tramo del viaje fue escuchando a Indio, mi cábala preferida. Camino las casi 10 cuadras desde la 38 hasta casa repitiendo algunas estrofas y convencido que hice muy buenas fotos pero que mi cuerpo exige una ducha, un actrón y dormir.

Trato de cerrar los ojos mientras le cuento a los perros y la gata: Qué buena ceremonia, qué hermosa comunidad se construyó y se construye gracias a la música y la poesía. Es que la ruta da buena suerte, y trae buena gente, ¿cómo no sentirme así?

Nos vemos la próxima, solo nos falta saber la fecha y el lugar.

Pd: gracias Silvina y Piano Piano por permitir que medios comunitarios y autogestivos podamos realizar la cobertura del recital.