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Abrazado a la vida

Cabra da Peste conquistando el Art Media

Por el Juancho Mazzeo – @largavida.alrock.radio

La verdad, posta, me costó mucho comenzar esta crónica – historia – diario de viaje sobre todo lo vivido el sábado 19 de abril en el Complejo Art Media de la República de Chacarita, lugar en el que se presentó Cabra da Peste, banda que, desde hace 14 meses de haberlos visto en vivo por primera vez, hoy forma parte de mi sangre, mis raíces y mi forma de andar.

Y no, no me pidan objetividad en lo que van a leer a continuación.

Volviendo de Montevideo de la ceremonia pagana de LFDAA, mi cabeza y mi corazón comenzaron a complotar contra mi salud mental, que ya de por sí no es muy buena, pero la ansiedark comenzó a expandirse de manera muy acelerada por la fecha que se venía para una banda que disfruto mucho y cuyas letras impactaron de forma hermosa en un momento de mi vida complejo: Cabra da Peste se presentaba en el Art Media de CABA, por primera vez. Gran apuesta, gran desafío para los changos que acaban de cumplir 6 años, 3 discos y uno en camino, en tiempos violentos y difíciles para les artistas de abajo, de esos que andan con los pies en el barro y que saben que todo arte ES político.

En la semana previa: entrevistas, videos, intercambios de mensajes, compra de la remera, y un montón de cosas que me aceleraban el pulso. Porque todes sabemos que el recital no es “ese” día”, cada recital empieza mucho antes y finaliza cuando volvemos a casa. Y en esta ocasión, yo estaba (sigo) muy emocionado por el paso que la Cabra iba a dar, un recital en un espacio para 3000 localidades, que duplicaba todas las anteriores presentaciones.

Mensajes al Gastón, a la Cata: “¿vamos?” “voy” “venite y salimos” “te busco por Perga” “listo”. Ya el sábado preparé la mochila con la cámara, anteojos, baterías y a las 10 y media el forcito encaró hacia la ruta nuevamente con destino a Chacarita. Mates y chicharrón de por medio con Gastón, pasamos por Pergamino a buscar a la Cata y allá nos fuimos. Tengan en cuenta que no tenía idea de dónde íbamos porque conozco muy muy poco la ciudad-ombligo de Capital Federal, pero ahí fuimos.

Cerca de las tres llegamos a destino después de pasar por algunos barrios de casas y autos de muy mucha plata, donde no circulan bondis urbanos y florecen garitas de seguridad privada en cada esquina. Mientras intentaba mirar el todo y mirar los autos y motos a mi alrededor, estacionamos a la vuelta, ahí al toque, y tiramos el ancla. Quienes no estamos acostumbrados a movernos por Capital, la colonización mediática construye imaginarios sobre lo cotidiano que provoca miedo y desconfianza, hasta que uno comienza a ver caras conocidas y eso genera algo de tranquilidad. Lo colectivo siempre construye comunidad, red, hermandad.

Apareció Jorge (alto fotógrafo y gran persona) y nos acercamos al lugar, mientras Cata y Gastón se fueron a lo de Vane y Franco, cerca de Plaza Irlanda (escribo como si conociera, ja!). Unos mensajes y el Rama nos vino a buscar a la puerta para ingresar y escuchar la prueba de sonido, entre abrazos, risas y mucha, pero mucha felicidad en el ambiente, empezamos a saludar a toda la familia da peste. Me gusta disfrutar de esos momentos, observar los rostros en la previa, robar alguna foto de esos momentos donde tensionan la presión, los nervios y la alegría, y se pone a punto todo: luces, escenografía, invitados, instrumentos. Y algunos personajes que ingresan a colgar los trapos, y nos abrazamos. Y en ese abrazo, ufff, una comunión increíble.

Y disfruté mucho de la prueba de sonido de Autos Robados, qué buena banda, recomiendo no sólo escuchar, sino ir a ver en vivo.

Salimos para presenciar el desembarco de los barrios en el Parque Los Andes, las banderas, las canciones, risas, abrazos, las jarras improvisadas que se compartían y circulaban de mano en mano, y una Avenida Corrientes que se transformaba con la caída del sol.

Casi respetando los horarios, 15 minutos después de las 20hs, Autos Robados subió al escenario para ofrecer una gran presentación: Hombrecitos y policías, Laberintos, Artes Marciales, El muerto, Todo así, Los ángeles, Sala de espera, Remedios, Lo sé y Gente rota (lista que me pasó el Manu, batero de la banda y de memoria algo frágil, jajaja, gracias chango!). La banda que a fin del 2025 cumple 10 años, está integrada por Federico Soto, Lucas Ramos, Nico Salvador y Emanuel Baldovino, y tiene un sonido que hace que tú cuerpo comience a mover las patas casi sin poder controlar. Esa distorsión propia del rockanroll que te invade de forma incosciente y te seduce y te hace bailar, y sin darte cuenta te encontrás frente al escenario moviendo la cabeza o las piernas siguiendo el ritmo y chau, ya estás ahí sin retorno. Pasen por la matrix, escuchen Autos Robados y si pueden, vayan a verlos en vivo, recomiendo disfrutarlos en vivo.

Eran las 21.08 cuando se apagaron las luces y el Fer comenzó a tirar magia con las visuales en el escenario, en una escenografía creada por el Emi que se potenciaban con el trabajo de iluminación del Tisse. A las 9 y 20, un video de intro y el Edgar subió al escenario y empezó a marcar el pulso mientras el resto de la banda se iba presentando, tomando sus instrumentos y se sumaban al ritmo que acompañó la voz del presentador: Cristian “Lombríz” Cires, gran personaje de Emisora Pirata, quién dio el puntapié para que comience el juego. Dos horas y media para que 2500 almas saltaran y cantaran cada una de las canciones y aplaudieran a los invitados: Cuanta policía, Ironía, Costilla, ¿Quién?, Todas las ratas, Cambios, Libres, Río, Ojalá, El secreto, Ningún pibe, Hermanos, Malabares, Santiago, Mil Canciones (con Junior), Alejados, 100 días, Huesos (tema nuevo), Latino, Semilla, Sobre las balas, Terraza/ voces del Barrio, entre la risa (con el Fede Batti), Mal en karma, Argentina (bombos y las pibas), Abstinencia (con el Mati de Potreros del Rock que presentan disco el 17 de mayo en Uniclub, Bruno y Martín que va a andar y voy a ver por Córdoba el 9 de mayo con Tango y Roll) y La vida siempre. (Creo que me faltan algunes invitades, hagan el reclamo pertinente y serán reconocides)

El abrazo y los rostros de los padres del Negro al finalizar fue la síntesis de la noche: amor, lágrimas y mucha felicidad en el ambiente. Fue imposible registrar esa imagen porque necesitaba disfrutar de esa postal.

De a poco se fue vaciando el Art Media y la vereda y parte de la avenida fueron testigos de la continuidad de la fiesta. Entre abrazos de despedidas y promesas de prontos reencuentros, decidimos quedarnos un par de horas en la casa de la Vane y Franco, y cuando solamente se escuchaban dos voces en la terraza, decidimos emprender el regreso con las primeras luces de la mañanita.

Un regreso tranqui, con los copilotos dormidos mientras sonaba la voz del Indio y me acompañaba en el viaje. Un viaje donde me vinieron mil imágenes de una gran jornada que se acompañaban de frases de PR o de LFDAA.

Paso a paso, como dijo Mostaza, la Cabra sigue andando y llegando a más corazones. Por ahora, nos volveremos a encontrar en Santa Fe y Córdoba el 20 y 21 de junio, y después, no sabemos, pero ahí vamos, bancando a esta tribu de amigos que suenan cada vez mejor.

Antes de cerrar la nota quiero destacar la puesta en escena: escenografía, luces, visuales, sonido, uffff, cri-mi-nal, a la altura del desafío propuesto. Sigo viendo las fotos y sonrío, y me dejo llevar por los recuerdos…

Ahí nos vemos en la próxima, donde nos lleve cualquier camino que tenga corazón, y la Cabra es barrio y corazón, y ahí vamos…